2 oct 2009

La BAM y sus 25 años apasionantes para la cultura, promovidos por la Diputación Provincial de Ciudad Real.

La Biblioteca de Autores Manchegos (BAM) está de enhorabuena, sin duda muy merecida por su generosa labor. Parece que fue ayer, pero ha cumplido 25 años luminosos, apasionantes para la cultura provincial y castellano-manchega.

Creada y gestionada por la Diputación durante la transición democrática, desde el principio supo que su meta más importante consistía en lograr abrir las puertas necesarias –todas–, para fomentar inquietudes culturales existentes en Ciudad Real: literarias, artísticas, auténticas, pero silenciadas, ensombrecidas, mutiladas..., en tiempos amargos y duros de temor y censura.

La BAM desarrolla su vocación de servicio público facilitando la publicación a nuevos y veteranos autores, a través de las colecciones literarias “Ojo de pez” (poesía, narrativa y teatro), “Calipso” (infantil-juvenil), “General” (historia, geografía, arte, biografías, etc.) y facsímiles de textos de gran valor histórico-cultural, valorando destacadas trayectorias con antologías y consiguiendo un magnífico producto editorial, donde también colaboran pintores, fotógrafos, diseñadores…, que goza de prestigio por su calidad y difusión entre suscriptores, bibliotecas, y librerías.

Ángel Caballero, vicepresidente de dicha institución y responsable del Área de Cultura, ha sabido dedicar los mejores elogios y agradecimientos en diferentes actos a los que he asistido, tanto a su impulsor, Manuel Juliá, periodista, poeta y Director de Fenavín, como al equipo técnico que forman Jesús Reviejo y José Luis Loarce, viejos amigos desde entonces. Coincido con él, cuando subraya el acierto que han tenido los diferentes gobiernos de la Diputación, al valorar positivamente la labor siempre necesaria que realiza la Biblioteca.

Como ciudadano y como poeta, debo significar el motivo que considero más importante para sentirse satisfechos: la ferviente defensa de la pluralidad del pensamiento y el renovado apoyo a la creatividad de los escritores y artistas, facilitando que nos acerquemos a la verdad.

Encuentros de Poesía Española en Almagro.

Este testimonio de felicitación y gratitud es sincero y de justicia, pues he tenido la fortuna de colaborar con la BAM desde su primer número, la antología “Ciudad Real: Poesía Última”, además de ver la luz en ella mis poemarios “Testimonio del ansia” (1998) y “Hablar con el silencio” (2009).

Concluyo confesando a los amables lectores de Lanza, que quiero reconocer a la BAM y sus gestores otro significativo referente para nuestra cultura. Se trata del XXV Encuentro Nacional de Poesía Española, que tiene lugar en la localidad de Almagro y cuenta con la participación de su Ayuntamiento.

Año tras año, se ha ganado a pulso el inmenso honor de ser reconocido como una de las citas más relevantes y con mayor proyección a nivel nacional, atesorando éxitos de público y crítica.



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