13 may 2010

El rayo que no cesa logró transmitir emociones a flor de piel en La Merced


Escrito por A. Ruiz

Con pasión y voz firme y emocionada, Presen Pérez y José María González transmitieron las emociones contenidas en la obra de Miguel Hernández en un recital que llenó de amantes de la poesía el claustro del antiguo Convento de la Merced.
El escritor Esteban Rodríguez ofreció un recorrido por la biografía del autor de Perito en lunas y el trayecto por sus vivencias se detuvo en emblemáticos poemas que interpretaron con sentida profundidad y ternura Pérez y González. El desgarro de la Elegía por Ramón Sijé, recitada por Pérez, conmovió a los presentes, que disfrutaron a continuación con las Nanas de la cebolla revividas por González.


Con ambos poemas se inició la última parada de la gira, patrocinada por la Diputación Provincial, que ha permitido disfrutar también del recital-conferencia titulado El rayo que no cesa en las localidades de Valdepeñas, Pedro Muñoz y Membrilla. La iniciativa, organizada con motivo del centenario del nacimiento del poeta natural de Orihuela, ha contribuido a recuperar el gran valor de la poesía de Hernández, a veces más conocido por su faceta personal o política que por su magnífica obra, destacó la delegada de Cultura, Carmen Olmedo.


Propuesta esta iniciativa por José María González, “quien vive e incluso por momentos muere por la poesía”, el vicepresidente de la Diputación, Ángel Caballero, se congratuló por la asistencia de decenas de personas al recital, espectadores que son parte de esta inmensa minoría a la que le interesa, emociona y acude a los actos poéticos.
Caballero, que recordó que la BAM potencia la edición de poemarios e impulsa el Encuentro Poético de Almagro que reúne a lo mejor del país, resaltó que, frente a la idea simplificadora de que era un cabrero ignorante tocado por el don de la poesía, la realista trayectoria de esfuerzo de Hernández para lograr lo que soñaba debe servir de ejemplo a los jóvenes. Hernández poseía la gran calidad que define a los imprescindibles consistente en que no renunciaba a lo que consideraba irrenunciable, expuso Caballero, que deseó que, como en el acto celebrado en la Merced, la poesía sirva para “entendernos mejor” y ser optimistas y más felices cada día.


Para Esteban, como El rayo que no cesa, trazó una “poesía duradera” Hernández, autor que desapareció en la oscuridad y cuyo recuerdo a plena luz es un deber de España. Su voz humilde, pura, desagarrada, nacida del pueblo, fundamental y terriblemente humana, agregó González, volvió a cautivar con su poderosa sensibilidad poética.

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