Por Manuel López Azorín
Detrás de las palabras. Postguerra y Transición en la poesía de Ciudad Real, es una antología publicada por Almud Ediciones de Castilla la Mancha en su colección Biblioteca Añil Literatura. Una antología realizado por el poeta José María González Ortega (Incluido también en esta antología como un poeta más de esta hornada de poetas vivos de Ciudad Real.)
Detrás de las palabras nos presenta a catorce poetas que tienen un nexo común: ser manchegos de la provincia de Ciudad Real (aclaro una excepción: Felix Grande. Pero aclaro también que llegó a Tomelloso con apenas dos o tres años y como a José Hierro, que nació en Madrid, le sucedió con Santander, a Felix, sin renegar de Extremadura, su tierra de nacimiento, se siente de Tomelloso, y por tanto manchego también, del mismo modo que si hubiera, como su amigo el poeta Eladio Cabañero, nacido en la Mancha.
Poetas vivos, decía, conforman esta antología que José María González Ortega ha elaborado, con la generosidad y la pasión que le caracteriza al tiempo que con la admiración que siente y manifiesta por todos los seleccionados. Cada poeta tiene su introducción y, en cada una de ellas, podemos sentir esa admiración. También, de su amor por la poesía en general y su pasión por la tierra. Tras leerla coincido con Matías Barchino en que no es una antología al uso, ni académica, ni filológica, sino una antología personal en la que, González Ortega nos ofrece su personal visión al presentarnos a cada poeta de manera tan singular que, a través de ella, comprobamos lo dicho antes: una gran generosidad unida a la admiración que el antólogo siente por todos y cada uno de los poetas que aquí aparecen.
Una aclaración: como toda antología, supongo que habrá estado sujeta a condicionantes (ya económicos, de paginación, etc.) Me consta que González Ortega habría, de haber podido, ampliado el número de poetas a incluir; pero, por las razones supuesta anteriormente, no habrá sido posible.
En Detrás de las palabras, a través de los poemas que seleccionaron los propios poetas y de la introducción que José María González Ortega hace de cada uno de los poetas incluidos, con la excepción del propio antólogo que como introducción nos ofrece un texto de Jorge Luis Borges a modo de poética, se puede disfrutar de una antología no al uso.
Se echa en falta a un poeta, vivo, como todos los que la conforman. Al parecer, según he oído, estando ya la edición en galeradas más o menos Dionisio Cañas optó por pedir que los poemas que había seleccionado para la ocasión no se publicasen. Es decir, se autoexcluyó. ¿Las razones? No las sabemos, al menos los lectores, pero insisto: es una pena que Dionisio Cañas poeta no se encuentre aquí representado con la poesía apocaliptica, punzante y expresiva, de su libro El fin de las razas felices (de Cañas, guardo un gratísimo recuerdo por su estupenda edición crítica, en los años ochenta, del Libro de las alucinaciones de José Hierro editada por Cátedra) haya preferido no estar en esta antología donde podemos conocer un poco mejor a estos poetas de Ciudad Real.
Poetas como: José Corredor Matheos, manchego afincado en Barcelona (donde yo lo conocí) al que nos presenta el antólogo como una voz esencial, poeta que, en su último libro, El don de la ignorancia parece hacer suyo ese anónimo proverbio chino que dice: Conocer nuestra ignorancia es la mejor parte del conocimiento.
Nicolás del Hierro que nos lo muestra como "el alma de las cosas" y comparto con el antólogo esa opinión pues Nicolás es un poeta con alma y, me parece a mi, que está muy bien incluirle aquí. De Félix Grande destaca la lucidez, humanidad y desventura que restalla en sus versos y honra al maestro y se honra a sí mismo al poder incluirle en esta antología. Con Miguel Galanes se hace eco de "Los sueños que perdimos", como título de la introducción y nos dice que, este poeta, conquista campos abiertos y arenas movedizas. Un "sensista", añado yo, francotirador y cada vez más él que nunca con su poesía de los sentidos y de las emociones. De Teo Serna dice que las palabras le bastan y es que, seguramente, a este poeta le gustan las palabras porque, como yo, piensa que son "armas que defienden la vida". Y de Pedro A. González Moreno dice que, además de "hermano en la poesía" es "el fulgor en las cenizas" es decir, la luz que enciende, que alumbra, que redime el tiempo y que hace de la memoria, añado yo, "materia de los sueños". El propio antólogo, que ya seleccionó y coordino la antología Ciudad Real: Poesía última en 1983 y la 2º edición, corregida y aumentada en 1984, que inauguró la Biblioteca de Autores Manchegos creada por la Diputación de Ciudad Real. Institución que ha colaborado económicamente en la publicación, ahora, de esta Antología editada por Almud Ediciones. En cuanto a su labor poética José María González Ortega, publico sus primeros libros La voz de las raíces y Hacia la luz en 1979, Testimonio del ansia en 1998 y Hablar con el silencio en 2009. Un poeta lúcido, de humana voz y generosa y sincera palabra.
Cito sólo a estos siete poetas por mayor conocimiento, personal y de su obra por mi parte; pero animo a los lectores a leerlos a todos ya que me parece que todos cada uno de ellos, con sus diferentes voces, son merecedores de estar en esta antología. Una vez más, como en casi todas las antologías, sucede que "son todos los que están, pero seguro que no están todos los que son" Esto es algo normal y no hay que darle más vueltas. Sólo resta ya animar a la lectura de todos y cada uno de los poetas incluidos en Detrás de las palabras.
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