Es una verdadera dicha poder hablar de esta nueva entrega de la Biblioteca Añil Literaria, que continúa en la línea emprendida hace algunos años de dar a conocer la poesía de las cinco provincias de nuestra región a través de antologías personalísimas, verdaderas antologías de autor, si se puede decir tal cosa sin entrar en contradicción. Después de Toledo, Albacete y Cuenca (que tuve el placer de realizar), y a la espera de la de Guadalajara, tenemos ahora en nuestras manos la correspondiente a Ciudad Real.
Mostrar lo mejor de la poesía de nuestra región, no sólo a los lectores de Castilla-La Mancha (cuyas provincias han vivido en general, aunque cada vez menos, en aislamiento cultural mutuo), sino especialmente a los interesados allende los límites de la Comunidad, es una encomiable y necesaria labor; así va quedando constancia del grado de calidad que aportan al panorama poético español otros ámbitos geográficos que no son los repetidos centros de gestión (“poder” sería una palabra demasiado ancha para el objeto) poética.
Aunque insistir en esto de la calidad y la notoriedad probablemente esté de más en el caso de Ciudad Real, tierra particularmente fértil en excelente poesía. Buena muestra de ello es la nómina que nos presenta en su antología González Ortega: José Corredor Matheos, Francisco Mena Cantero, Valentín Arteaga, Félix Grande, Nicolás del Hierro, Miguel Galanes, Joaquín Brotons, Federico Gallego Ripoll, Juana Pinés Maeso, Teo Serna, Francisco Gómez-Porro, José María González Ortega, Pedro Antonio González Moreno y Ángela Vallvey, la mayoría de ellos suficientemente conocidos y reconocidos en el mundo de las letras españolas con premios tan importantes como el Nacional de poesía, de la Crítica, etc. Dignos continuadores, pues, de la labor de los inmensos Juan Alcaide, Eladio Cabañero y Ángel Crespo, por nombrar sólo los principales. Nada que reprochar, por tanto, a la selección, pues la ausencia de Dionisio Cañas, nombre que acude a la cabeza de todos, se debe a voluntad propia como se aclara en la nota introductora del director de la editorial, Alfonso González-Calero.
El responsable del volumen es el poeta José María González Ortega, que ya firmó en 1983 la importante antología Ciudad Real: Poesía Última, de la que esta que ahora leemos se presenta como renovación, aunque desde luego Detrás de las palabras es un trabajo que supone un serio planteamiento (sin necesidad de ser continuación de nada) de la poesía hecha en Ciudad Real en la época que indica el subtítulo por autores nacidos entre 1929 y 1964.
El fino olfato poético de José María González y el gran conocimiento del mundo poético (con la atención siempre puesta en la poesía en general, pero especialmente de su provincia y región) de este gran “luchador” de la cultura a través de actividades, encuentros y crítica en prensa periódica, le permiten presentar una obra sólida y sugerente. El antólogo ha optado por realizar una breve introducción general, que es una jugosa declaración de intenciones, y encabezar la selección de textos de cada uno de los poetas con una semblanza crítica, en la que los autores no pierden la voz, pues José María González parece aquí acompañarlos más que introducirlos. Esto hace que la lectura de la antología no abandone nunca el tono lírico ni la tensión poética.
Quiero destacar la familiaridad del antólogo con todos los aspectos de la poesía, y sobre todo la posición ética y humanística desde la que entiende tanto la creación como la crítica. Además de la justeza de los juicios, se agradece el grado de pasión y de implicación de González Ortega que hacen de esta muestra algo realmente vivo.
La antología se presenta en su aspecto formal, como nos tiene acostumbrados Almud, muy cuidada, sorprendentemente libre de erratas en los tiempos apresurados que corren y bellamente ilustrada por el artista alcazareño Isidro Parra. El libro cumple, en definitiva, su doble papel de dar a conocer a los poetas (que a veces sólo son accesibles al público general a través de estas muestras seleccionadas) y de dejar al lector con ganas de seguir profundizando por ese camino. Las antologías deben ser como un “anzuelo” para pescar a lectores de poesía y esta lo es en todo punto.
José María González Ortega, Detrás de las palabras. Postguerra y Transición en la poesía de Ciudad Real, Ciudad Real, Almud, ediciones de Castilla-La Mancha, 2009. 191 pp.
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